El pasado lunes 24 de noviembre se inauguro el Curso de Jardinería destinado a una quincena de personas, principalmente personas con discapacidad en nuestra Comarca, con el objetivo de cualificar e integrar social y laboralmente a este colectivo al igual que mujeres, jóvenes o parados de más de 45 años, concedido a nuestra Asociación de Discapacitados y Minusválidos del Alto Guadiato, AMAGUA, por la Fundación para el Desarrollo de la Zonas Mineras del Carbón dentro del Programa de Ayudas y Becas.El curso tiene una duración de 530 horas repartidas durante un periodo de 6 meses en horario de tarde con una formación en materias diversas y un compromiso de contratación para un 40 % del alumnado con contrato de 6 meses a media jornada en nuestro Excelentísimo Ayuntamiento de Belmez.
Así lo explicó nuestra Alcaldesa Aurora Rubio presente en nuestra Jornada de inauguración y Don Francisco Nieto, Presidente de la Asociación AMAGUA, el cual después de una breve presentación sobre los fines y objetivos de la formación tuvo el placer de presentar a los monitores que impartirán el curso, Albardias Merino Miguel, nuestro Jardinero Municipal, y León Sedano José, ya conocido en nuestra Asociación por las diversas actividades realizadas con nuestro colectivo.
También añadir de que estos programas están pensados y realizados para la integración de nuestro colectivo en el mundo laboral y el ingreso en el mundo de los adultos, una manera de cubrir sus necesidades personales, económicas y relaciónales por lo que es una oportunidad única para nuestros asociados adultos por la que hemos esperados y luchados desde hace ya algún tiempo como complemento a la formación diaria que reciben en nuestra dependencia.
Una vez terminado, los envolveremos en papel y le pondremos su etiquetas para poder exponer nuestro trabajo en la Fiesta de Los Panchez.
Cuando Aurora Alcalá, nuestra Concejal de Cultura me llamo para decirme que subiera al Ayuntamiento para ver “los Cabezudos” que estaban un poco estropeados, al llegar y enseñármelos no se lo que paso por mi cabeza; aquello estaba destrozado, el reto era arreglarlos y que durante la Feria desfilaran por las calles de mi Belmez con los chiquillos corriendo detrás de ellos...Y lo conseguí, el día de la Patrona, cuando los niños se pusieron las caras de alegría en el salón de acto. Cuando las repartía me hizo llorar el ver que se había recuperado una tradición de años anteriores y gran parte se debía al trabajo de muchas horas en los bajos del Ayuntamiento, todo el mes de agosto, ¡con calor y entre pinturas! Pero creo que a valido la pena solo ver la alegría de los chiquillos.
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